La revista Tintimám ya tiene su sitio oficial en la red. Lo celebramos con el formato electrónico de las 104 páginas del tercer número de la revista TINTIMÁM: TINTIMÁM 02 y, la edición impresa del tercer número de la revista, que puede ser adquirido a través de página web y puntos de venta habituales.
Para más información, acceder a: http://www.tintimamrevista.com/index.php
Aunque es un placer para mi escribir sobre esta publicación desde aquí, utilizo el nombre y las imágenes para el espacio sin ánimo de poseer lo que no me pertenece, contribuyendo a que se difunda la noticia de la vuelta a la luz de la revista y compartiendo una parte de los trabajos de los que en ella colaboran, ha llegado el momento de modificar el blog progresivamente por no ser necesario ya para cumplir con los compromisos adquiridos mientras no estaba en funcionamiento el sitio oficial en la red. Me habían concedido la posibilidad de utilizar este sitio como soporte informativo hacia personas, colectivos, empresas e instituciones, para mi colaboración desde Bilbao.
Este blog no es el sitio oficial de TINTIMÁM Tintimám es también plataforma de encuentro con la lusofonía; su idioma original y el principal para su difusión, será siempre el gallego-portugués, traducido al español, inglés, y en ciertos casos a la
lengua de orígen de la información.

sábado, 18 de junio de 2011

Menos internet y más libros

No lo he calculado, pero mi tiempo destinado a internet en gran parte se lo he restado al que destinaba a leer libros y publicaciones en papel. Tampoco he calculado lo que me ha aportado mi tiempo en la red, ni lo que me ha restado el disfrutar menos tiempo del placer de la lectura reposada que tiene poco que ver con leer ante un dispositivo electrónico. Puedo afirmar, que en terminos generales si uno  reflexiona sobre la incidencia en la salud, aunque solamente sea en relación, a su salud física, debido
 
a malos hábitos posturales, es tremenda.
De la incomodidad de sujetar un libro cuando nos sobrepasamos extenuados por el interés y/o el placer por la lectura, al tiempo admisible para que una postura no perjudique nuestra salud, pasamos a no tener en cuenta los 57 grados recomendables para situarnnos ante la pantalla estática u otras formas de sityarnos ante otros dispositivos a veces móviles.
No hablemos del dedo pulgar , recuerdo que en un libro de SusanaTamaro lo describía  como un salto cualitativo para la evolución del hombre, por aquel entonces , no sapiens todavía. Todo lo gestual y postural, pasa con su  impronta informativa  al gran archivo genético  tan adaptable a los cambios aunque menos que un arbol -todo hay que decirlo-, que prepara a los descendientes   para lo que está por venir, como ha ocurrido con la destreza de origen genético, adquirida  gracias a la  repetición gestual    y su interacción con nuestro cerebro, practicada por varias generaciones que  facilita el aprendizaje  cuando nos situamos ante un  teclado por vez primera; la acción de nuestros predecesores ante la   máquina de escribir. En lo que concierne a la salud de nuestros ojos, solamente es preciso  tener en cuenta todo el empeño que han puesto los diseñadores y desarrolladores de pantallas para los dispositivos creados para la lectura; por algo será.
Si cansar la vista con un libro, es excesivo y todo exceso es perjudicial, ¿Cual es la justa medida, si es que  la hay, para no dañar la vista, ante una pantalla? 

Y, ¿qué es lo ocurre con la información en nuestro cerebro? Una información extraída de la navegación en el espacio virtual, que nos facilita un acceso para-bradipsíquico, saltando de una a otra información,   sin detenernos a veces ni un momento en la pausa necesaria,  ya no solamente para la reflexión, sino para la pausa imprescindíble  o tiempo necesario para  procesar y asentar en el disco duro de nuestro cerebro, pase o no a ser archivado en nuestra mente o demencia, lo que hemos visto, oído o leído, como es también proceso necesario o al menos recomendable , en lo que llamamos todavía, nuestra  vida real, queramos o no memorizar para el estudio, visualizar por placer, hacerlo al ritmo adecuado que nos dicta  la música de una construcción literaria...
Tengo que confesar, y confieso, que primero elegí estas imágenes publicitarias de la librería Ghandi de Méjico, y luego me he puesto a escribir. De manera, que lo que iba a ser una entrada sobre "más libros y menos redes sociales", ha terminado en esto. Menos mal, que para estas cosas uno es libre y hasta puede ser felíz, como reza  el poema, "aunque no tenga permiso". Creo que voy a repetir la fórmula en un futuro, así que no se extrañen si no encuentran relación entre imágenes y palabrería, a veces es cuestión tan simple, como dejarse llevar por la inspiración.

Continuará...